jueves, 29 de abril de 2010

Isla Margarita


Hoy en la mañana llegué en barco a la Isla Margarita. La Isla Margarita es situada en el mar Caribe, al norte de Venezuela y según el conductor del barco, la isla está bendecida con 320 días de sol cada año. La isla está llena de montañas y palmeras y el aroma del viento huele tan dulce y fresco. ¡Es una hermosura!


Quería tomar el día para descansar y escapar de toda la actividad del pueblo. Anoche antes de dormir, leí algunos capítulos de un artículo escrito por Miguel de Unamuno. Unamuno expresó en su lectura la importancia para el hombre de conectar con la tierra y soñar en ella para limpiar y rejuvenecer el alma. También dijo que la felicidad resulta del progreso del espíritu individual y no en el progreso de lo material. Este artículo me inspiró a tratar de conectar con la naturaleza hoy.
Para intentar poder conectar con la tierra, llegué a la playa y me separé de todo el público divirtiéndose allí. Me acosté sobre la arena suave y tibia y cerré mis ojos. Me pasé como cuatro horas en meditación, simplemente escuchando las olas del mar pegar la orilla. Quería pensar en nada, olvidarme del momento y encontrar mi alma. ¡Qué éxito tuve en poner mi vida en perspectiva! Me di cuenta que las preocupaciones de la vida significan nada en comparación del gran poder de la naturaleza. Mi experiencia en la playa me permitió agradecer la tierra y apreciar el espíritu de la naturaleza.


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