viernes, 28 de mayo de 2010

Día final


¡Una de mis memorias favoritas!



No puedo creer que mi tiempo en Venezuela ha llegado al fin. He visitado parques nacionales, museos de arte, una variedad de ciudades y pueblos, y muchas playas. Mi experiencia en Venezuela ha sido tan divertida y algo nuevo para mí. La gente aquí es linda y cariñosa y cuando hablé con diferente gente, me sentí como parte de la familia. La variedad de animales que he visto y las vistas bellas de las montañas y el mar son memorias que nunca me voy a olvidar. Venezuela es hermosa y un mundo tan diferente de los Estados Unidos. La selva tropical es exótica y hermosa. Mi excursión por la selva y mi tiempo de relajo en la playa me ayudó apreciar la belleza de la naturaleza. En mi ciudad natal estoy rodeada por edificios, pavimento y bastante gente llena de preocupaciones en la vida. El ritmo calmado de Venezuela me permitió relajar y agradecer la vida.
Para mi día final, visité el pueblo en donde mi mamá vivía. El pueblo se llama Cabruta y el paisaje está lleno de campos. Mi mamá tenía nueve años cuando vivía aquí y su familia trabajaba en los campos de fresas. Miré la casa de mis abuelos y no pude creer que la familia de mi mamá vivía en una casita con solamente dos cuartos, una cocina y un baño. ¡Que tipo de vida tan diferente de lo que estoy acostumbrada!
Ahora estoy en el aeropuerto rememorando mi viaje. En casi seis horas me voy a regresar a la realidad. Tengo ganas de quedarme en Venezuela otra semana, pero sé que no puedo. La demanda de mi trabajo me exige regresar. Sobre todo, estoy agradecida por mi experiencia en Venezuela y por la oportunidad de experimentar otro tipo de mundo.



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